Las frutas y verduras contienen innumerables propiedades y beneficios para la salud y se postulan como potentes antioxidantes. Estas a su vez vienen determinadas por su composición cromática.
El consumo recomendado por los expertos oscila entre tres y cinco piezas combinadas a lo largo del día, lo que se convierte en una tarea tediosa y un tanto cuadriculada en la que muchos desisten a las primeras de cambio.
El consumo recomendado por los expertos oscila entre tres y cinco piezas combinadas a lo largo del día, lo que se convierte en una tarea tediosa y un tanto cuadriculada en la que muchos desisten a las primeras de cambio.
El desconocimiento o directamente el rechazo a que la fruta, las legumbres y hortalizas se hagan un hueco en el carrito de la compra deriva en el vacío nutricional que dejan en la rutina alimentaria de las personas. La falta de educación en materia alimentaria, sobre todo durante la infancia y posteriormente en la etapa adolescente, es quizá una de las bazas sobre la que se sostiene el rechazo a que las verduras se sienten a la mesa. Sin embargo, este tipo de alimentos son imprescindibles para un óptimo desarrollo del organismo en su fase de crecimiento.
Beneficios de la vitamina C
Entre los beneficios más importantes que aportan estos alimentos podemos reseñar que las verduras son una fuente saludable de vitaminas, sobre todo de vitamina C. También suministran altos valores minerales a través de la fibra, el potasio -que contribuye a suprimir el sobrante de líquidos-, o el magnesio. Por su parte, su elevado contenido de antioxidantes ayuda a prevenir algunas enfermedadescardiovasculares y neurodegenerativas, así como otras tantas relacionadas con trastornos digestivos y ciertos perfiles de cáncer.
Otras de sus cualidades más saludables ahondan en el bajo aporte calórico, en contraposición al gran contenido de agua que comprenden sus jugos. Tal vez una de sus peculiaridades de uso y consumo reside en que, dada su extensa variedad, las verduras pueden adquirirse durante los doce meses del año.
Un ejercicio práctico y sencillo para marcarse una rutina alimenticia compuesta por varias porciones de frutas y verduras puede ser el que muchos nutricionistas recomiendan en sus sesiones. Según la clasificación de su color y tonalidad, estas proporcionan determinados atributos y propiedades muy beneficiosas. Un juego en el que por muy infantil o incluso estricto que parezca, todos salen ganando en salud, bienestar y vitalidad.
Beneficios de la vitamina A
Los vegetales de color naranja o amarillento repercuten positivamente en la protección y el sustento de la piel, combatiendo contra las perturbaciones que puedan estar motivadas por los rayos ultravioletas gracias al papel de antioxidante que acapara la vitamina A. La naranja, el melocotón, la calabaza o la zanahorias son algunos de los representantes de este primer grupo de pigmentación.
Por su parte, los alimentos vegetales más asociados al color blanco son un excelente productor de glóbulos blancos, lo que les convierte en un extraordinario antioxidante y en un gran aliado a la hora de combatir con cierto tipo de infecciones. El fortalecimiento de las defensas del organismo y la multiplicación de enzimas protectoras que pueden ayudar a reducir la presión arterial o los parámetros de colesterol, entre otros. Las peras, manzanas, la coliflor, el pepino, la cebolla o el ajo forman parte de este grupo.
Para terminar de dibujar este esquema nos centramos en los productos de color rojizo y morado, los cuales centran su cometido en la reducción de problemas cardiovasculares y acrecentar la circulación sanguínea. También repercuten favorablemente en la salud de la memoria, en el funcionamiento del tracto urinario y un adecuado mantenimiento del sistema inmunológico. Tomates, cerezas, arándanos, pomelo, granada, remolacha o la col lombarda deberían tener un hueco en la nevera de casa.
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